EL JUEGO INTERIOR

Muchas veces nosotros mismos somos nuestro peor enemigo
No son las situaciones externas, las personas, los problemas o el adversario externo el que nos derrota sino nuestros propios miedos, nuestras propias dudas, el exceso de expectativas y sobre todo nuestra falta de concentración lo que nos impide llegar a donde queremos
Hay un juego exterior que se juega fuera de nosotros y un juego interior que se desarrolla en nuestra mente,en nuestras emociones, en nuestra sencibilidad
¿Cuantas veces nos observamos lamentandonos de lo dificil que son las cosas, de la mala suerte que tenemos, de por qué me ocurre esto a mi, de por qué tantos obstáculos?...muchas! Y ocurre que vemos las dificultades casi como una maldición, como una desgracia, como una fatalidad, y verlas así no nos ayuda porque genera emociones y sentimientos inhibidores que diseñan estados de ánimo negativos
Pero resulta que ver los obstáculos como un partido con nosotros mismos, reconocer el valor y lo bueno de tener obstáculos difíciles que hay que superar, es una actitud proactiva que fortalece, estimula y nos mejora la vida
Una vez que se reconoce el valor de tener obstáculos que hay que superar, es fácil ver los beneficios que se pueden obtener de la competición
Pongamos por ejemplo un partido te tenis o de ajedrez
¿Quién es el encargado de ponerte los obstáculos que necesitas para llegar al límite de tu potencial? ¡tu oponente! Entonces, ¿tu rival es tu amigo o tu enemigo?
Es un amigo en la medidad que hace lo posible para crearte dificultades, y además, si lo hace buscando sorprenderte, poniendo la pelota donde no la esperas, con efecto y entrenando al máximo sus mejores golpes,mejor todavía, pues así nos exije más y por tanto más tenemos que agradecerle
Al competir contigo está de hecho cooperando en tu crecimiento y en tu mejora
Así llegamos a la sorprendente conclusión de que la verdadera competición es idéntica a la verdadera cooperación
No estamos derrotando a la otra persona, estamos superando los obstáculos que ella nos presenta
En la verdadera competición nadie es derrotado
Ambos jugadores se benefician de los esfuerzos que han realizado para superar los obstáculos presentados por el otro
De ahí que la diferencia entre preocuparse por ganar y preocuparse por hacer el esfuerzo necesario para ganar puede parecer sutil, pero en realidad es muy grande
Cuando sólo me preocupo por ganar estoy pendiente de algo que no puedo controlar totalmente, que no depende de mi, porque el que gane o pierda en este juego externo depende tanto del talento y el esfuerzo mio como del talento y el esfuerzo de mi oponente
Cuando uno se ve involucrado emocionalmente en unos resultados que no puede controlar, es entonces cuando uno tiende a ponerse ansioso e intenta esforzarse demaciado produciendo tensión mental y tensión muscular...y se agarrota
Pero sí se puede controlar el propio esfuerzo necesario para ganar y lograr el objetivo que desea conseguir. Cuando uno se concentra en lo que puede controlar, en lo que depende de él, es imposible sentir ansiedad, la mera conciencia de que te estas empleando a fondo para ganar te va a permitir superar el problema de la ansiedad y de lo que de ella se deriva: mal desempeño, frustración, sentimiento de culpa, resentimiento, ira...derrota
De esta forma, concentrándote en lo que puedes controlar, la energía que de otra manera habría sido consumida por la ansiedad puede ser usada para jugar mejor y ganar el punto
Así, haciéndonos hábiles en el juego interior, maximizamos las posibilidades de ganar el juego exterior
Las victorias en el juego interior, como muy bien dice Tim Gallwey precursos de estos conceptos, no significan trofeos adicionales, pero nos proporcionan algo más permanente, algo que puede contribuir significativamente a nuestro éxito tanto fuera como dentro de la cancha; la confianza en sí mismo
El practicante del juego interior aprende que el secreto para ganar en cualquier juego y en la vida misma radica en no empecinarse en que las cosas salgan como uno quiere que salgan y en no intentarlo con una vehemencia tal que haga olvidar que el otro también juega y elije
Es la comprensión de esto lo que permitirá alcanzar la verdadera Victoria o la permanente Derrota

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